10 mar 2015

TTIP Y CETA: BOMBAS A LA SOBERANÍA DE NUESTROS PUEBLOS

Desde el Circulo Podemos Vivienda Digna hacemos un llamamiento a la ciudadanía para detener las negociaciones con los EEUU sobre el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP por sus siglas en inglés) y a no ratificar el Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA) con Canadá.

Y no somos los únicos. Alcaldes de 29 municipios de España han aprobado una moción que declara su localidad opuesta a la aplicación del Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión, TTIP en sus siglas en inglés

Y tampoco son los únicos. En Alemania han sido 10.000 los municipios que se han declarado libres del TTIP, más de 250 en Austria y más de cien en Francia.

Desde Podemos Vivienda Digna deseamos impedir que se concluyan los acuerdos TTIP y CETA porque incluyen partes tan cuestionables como un mecanismo para solucionar las controversias entre inversores y Estados y normas de cooperación regulatoria que representan una amenaza a la democracia y al Estado de Derecho. 

Queremos prevenir que la legislación en materia de empleo, asuntos sociales, ambientales, de privacidad y de consumo sea recortada y los servicios públicos (como el agua) y los bienes culturales serán desregulados en negociaciones no transparentes. 

Y queremos advertir que la ICE apoya políticas comerciales y de inversiones alternativas en la UE que podrían incluir entre los puntos del Tratado la figura de un ‘Consejo de Cooperación Regulatoria’. 

¿Por qué se debe firmar la ICE autoorganizada?​

​Como sabéis, la UE tiene la intención de firmar próximamente dos acuerdos comerciales de gran envergadura: uno con Canadá (CETA) y otro con los EEUU (TTIP). La línea oficial es que esto va a crear empleo y estimular el crecimiento económico. 

No obstante los verdaderos beneficiarios de estos acuerdos serán las grandes empresas y no la ciudadanía:​
  • ​Procedimientos de demanda Inversor-Estado (ISDS): las empresas canadienses y norteamericanas podrían demandar judicialmente a los Estados por los daños y perdidas económicas ocasionados por decisiones gubernamentales (por ejemplo, una nueva ley sobre protección ambiental o sobre los derechos de los consumidores y las consumidoras) ​
  • La mejora o incluso el mantenimiento de normas relativas a la alimentación, el derecho al trabajo, la protección ambiental o los derechos de los consumidores y las consumidoras se convertiría en algo mucho más difícil.
  • La liberalización y la privatización serían irreversibles. ​ 
  • ​La UE y sus Estados miembros serían presionados para permitir tecnologías peligrosas como, por ejemplo, el fracking o la modificación genética.
  • ​El CETA y el TTIP aumentarían el poder de las multinacionales en detrimento de la democracia y del interés público.
STOP TTIP, TISA y CETA
Si usted fuera parlamentario o parlamentaria, ¿rebajaría las normativas alimentarias para dar permiso a que en nuestros mercados se puedan vender pollos que saliendo del matadero han estado bañados, digo sumergidos, en cloro, o carne de vaca y cerdo tratada con ácido láctico? ¿Daría su voto favorable a retroceder unos años y que en las granjas el uso de hormonas y antibióticos campe a sus anchas? ¿Tendría problemas éticos en hacer más flexible el uso de pesticidas en nuestros campos aceptando aquellos que se demuestran son responsables de la muerte de millones de abejas? ¿O de permitir dosis más altas de aquellos que en combinación con tantos otros que ya están presentes, acaban combinados en nuestra sangre -como quien hace un cocktail- sin saber qué efecto puede tener esta mezcla? ¿Se dejaría convencer para que las etiquetas que informan de lo que contienen lo que compramos no tuvieran que llevar tantos datos, que en fin, total, nadie se las lee? ¿Aceptaría todo tipo de transgénicos en nuestros platos? ¿daría un paso atrás en aquellas normativas que han venido a ‘humanizar’ un poco el trato y el bienestar de los animales de granja? 

Pues mire, parece ser que la respuesta general es que no, que un parlamento en su sano juicio, donde la precaución estuviera presente, no aceptaría este tipo de cambios en las normativas higiénico-alimentarias. 

Desde hace más de un año, y por el ya demasiado habitual sistema de filtraciones, tanto por la sociedad civil europea como por el propio Parlamento Europeo, se ha sabido que lo descrito podría suceder si salen airosas las negociaciones secretas que entre la Comisión Europea y los EEUU están llevando adelante para firmar un tratado que liberalice aún más las relaciones comerciales entre las dos orillas del Atlántico. 

Las reacciones están siendo sustanciales y ya son numerosas las organizaciones de todos los países europeos que estamos trabajando coordinadamente para impedir esta firma y, lógicamente, en el Parlamento Europeo tanto por la presión ciudadana como por responsabilidad pública o, incluso, por haberse sentido ninguneados, reina el clima propicio para NO aceptarlo. 

Entonces, ¿nos podemos quedar tranquilos?

¡No debemos permitirlo!

¡Contamos con vosotros y vosotras para firmar la ICE!

https://stop-ttip.org/firmar/

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