9 dic 2014

Alquilar NO es tirar el dinero.

Alquilar es tirar el dinero. La idea empezó a ser repetida a principios de la década de 2000 hasta convertirse en una verdad absoluta. En una especie de locura, decenas de miles de españoles se lo creyeron. “¿Para qué vas a pagar a un casero cuando por el mismo precio pagas una hipoteca?”, decían los padres a los hijos. “En el peor de los casos, y si te quedas sin trabajo, vendes y algo habrás ganado por el camino. Los precios de las casas no bajan nunca”.

Era la época del llamado milagro económico español: tipos de interés muy bajos tras la entrada en el euro, desregulación del mercado hipotecario, la ley del suelo. El vecino vendía la casa por 120.000 euros más de lo que había pagado y ocupaba una nueva, más grande y más cara, y volvía a hipotecarse. Si el vecino podía, uno también. Desde el ciudadano de a pie al economista, se lanzaban a comprar pisos y a firmar hipotecas, a veces sin leer los contratos, con la certeza de que se trataba de un negocio seguro. Como si les fuera la vida en ello. Y en cierto modo les iba. Poseer una casa era símbolo de estabilidad. El sueño de una vida sin riesgos.

Sin embargo (nunca mejor dicho), cuando la burbuja estalló, en 2008, ni los más pesimistas habían imaginado el escenario en el que España se encuentra ahora: recesión, recortes, cerca de seis millones de parados.

¿Qué pasó para que millones de personas pensaran que no estaban arriesgándose demasiado al endeudarse de por vida? 

¿Para que no pensaran en lo que podía pasar si se quedaban sin trabajo? 

¿Por qué se firmaban documentos sin ni siquiera entender lo que estos decían?

80 millones por un piso en cualquier zona no podía ser.
¿No se era consciente de que estábamos alcanzando un nivel de precios inquietante, peligroso? 

"Sí. Pero no solo por la burbuja que se estaba formando, sino porque la economía española estaba poniendo demasiados huevos en una sola cesta. Algunos reclamábamos un cambio en el patrón de crecimiento de la economía española. Pero es verdad que retirar el ponche del guateque, quitar la música en plena fiesta, es complicado. Si lo advertías te ganabas una cierta impopularidad. ¡Si estábamos en una situación casi del máximo empleo! Hay que recordar que en 2007 la economía española tuvo la misma tasa de desempleo que la media de Europa: un 8,5%. ¿Y ahora viene este diciendo que hay que empezar a bajarle los humos al sector que está haciendo de locomotora? Era difícil”

Para muchos comprar una casa ha sido un error. Miles de personas se hipotecaron y miles de personas se arrepintieron después. Los expertos señalan cómo no pagar la hipoteca es algo que se vive como un trauma; a veces con la sensación de haber fracasado como ciudadano. El paro puso a mucha gente en esa situación y los primeros desahucios colocaron en el ideario colectivo el alcance que tenía la crisis en España.

Los desalojos sirvieron también para destapar que muchas de aquellas hipotecas se habían firmado con cláusulas abusivas y que había un gran desequilibrio en los contratos entre el banco y el comprador de la casa; que muchos de los precios se habían amañado, que las sociedades de tasación estaban compinchadas con los bancos y que las sobretasaciones también influyeron en el precio de la vivienda. 

Y cuando la burbuja pinchó, nadie sabía que lo peor tardaría todavía algún tiempo en llegar.

Y lo peor aún no ha terminado.

Si quieres información o contarnos tu problema escríbenos a: podemosviviendadigna@gmail.com 

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